05 febrero 2017

Anclada

En el pasado, cuando era feliz en un día de sofá recostada sobre las piernas de mi padre mientras me acaricia el pelo viendo la televisión. En el pasado, cuando merendar con mi madre galletas Príncipe era nuestro hobbie favorito. En el pasado, cuando iba a casa de mi abuela y ella me recibía con un beso interminable y después venía la frase que más echo en falta desde hace 8 años de mi abuelo: eres la más bonita del mundo. Él lo creía y yo, de oírlo tanto, también. Nunca me sentí tan afortunada.
Desde ese pasado al que sigo anclada me falta algo. Me falta tiempo para agradecer y para vivir al lado de las personas que me dieron estos momentos otros miles más. Ignorante de lo que era la vida, queriendo cumplir más años para poder salir sola a la calle, cuando salí me di cuenta que me faltaba una mano para agarrarme. Desde entonces supe que en el momento que me faltara sería lo peor que me hubiera pasado en la vida. Ojalá fuerais eternos papá y mamá.