04 octubre 2017

España

España, me dueles. Me duele que se rían de ti y te fracturen. Me duele que no vean tu riqueza social y cultural. Me duele ver como pisotean (en todos los ámbitos) la libertad de expresión. Me duele ver que tus gentes se apedreen entre ellos y ver cómo infundan el odio hacía nuestra bandera y nuestra patria. El nacionalismo extremista y el independentismo lleva educándose (y sí, digo educarse porque es así) hace muchos años precisamente con este fin. ¿Os imagináis como debe sentirse un agente de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado al que hace dos meses estaban aplaudiendo por defender(nos) en el atentado de las Ramblas y ahora llaman “hijos de puta”?
Es cierto que es verdaderamente importante la libertad de expresión, la libertad de decidir, la democracia... pero señores POR ENCIMA de todo esto hay una cosa que es más importante aún que todo eso: EL ESTADO DE DERECHO y por consecuente el Estado de Bienestar. El Estado de derecho es un sistema de leyes regidos por la Constitución. Lo que viene siendo mantener un orden entre otras cosas político y social. El problema de todo esto es que los gobiernos tanto del Estado General como de la Generalitat no están siendo francos con los ciudadanos. Lo que está sufriendo ahora mismo España es un Golpe de Estado protagonizado por los mismos ESPAÑOLES. Señores políticos catalanes, estaría bien que a todos los ciudadanos que se declaran independentistas les dijerais lo que conlleva la salida de España.

¿No creéis que la gran democracia que pedimos todos los españoles sería que todos pudiéramos votar la independencia de Cataluña? Al igual que el Estado (es decir, TODOS LOS ESPAÑOLES) ha aportado durante muchísimos años subvenciones, financiaciones etc para que gran parte de la industria y de la riqueza de España allí se creara o allí se trasladara, ¿no creéis que todos tenemos el derecho de decidir lo que queremos hacer con un territorio que entra dentro de nuestras fronteras?

31 mayo 2017

Eras+

Cuando llegué pensé que este sería el año de mi vida y no me equivocaba. Ha sido el año que más he aprendido personalmente en todas las facetas de mi vida. He sobrevivido sin mi familia en una ciudad a casi 3.000 km de mi casa, he viajado hasta hacer temblar la tarjeta de crédito, he llorado por echar de menos, me he emborrachado, me he reído a carcajadas hasta no poder respirar, he cogido más de 30 aviones, he hecho amigos que han creado el círculo perfecto para vivir esta experiencia, he querido irme y he podido con todo.
Me llevo a los amigos más grandes que se puede encontrar, miles de momentos en países distintos que los voy a recordar siempre, historias para no dormir, días que sales por la mañana y acabas bebiendo como un descosido en casa de cualquiera escuchando canciones de Taburete.



Subida al Castillo de Pelês. Sinaia, Rumanía.


Catedral San Alejandro Nevski. Sofia, Bulgaria.


Plaza de Timisoara, Rumanía.




Subida al Morskie Oko. Cracovia, Polonia.



Primer viaje a Roma y primera visita al Colosseo Romano.


Varsovia, Polonia.

05 febrero 2017

Anclada

En el pasado, cuando era feliz en un día de sofá recostada sobre las piernas de mi padre mientras me acaricia el pelo viendo la televisión. En el pasado, cuando merendar con mi madre galletas Príncipe era nuestro hobbie favorito. En el pasado, cuando iba a casa de mi abuela y ella me recibía con un beso interminable y después venía la frase que más echo en falta desde hace 8 años de mi abuelo: eres la más bonita del mundo. Él lo creía y yo, de oírlo tanto, también. Nunca me sentí tan afortunada.
Desde ese pasado al que sigo anclada me falta algo. Me falta tiempo para agradecer y para vivir al lado de las personas que me dieron estos momentos otros miles más. Ignorante de lo que era la vida, queriendo cumplir más años para poder salir sola a la calle, cuando salí me di cuenta que me faltaba una mano para agarrarme. Desde entonces supe que en el momento que me faltara sería lo peor que me hubiera pasado en la vida. Ojalá fuerais eternos papá y mamá.